Reseña de libros

Que barbaridad, como pasa el tiempo.
Apenas he publicado un par de artículos este mes, y es que entre el evento de celebración del 10º aniversario de Aegee-Zaragoza, la semana santa y la Ruta del Joni se me ha ido este mes volando.
Este es un pequeño resumen de los libros que he leido ultimamente:

-The Road, de Cormac McCarthy: Tras un holocausto nuclear, los supervivientes vagan por los caminos quemados y cubiertos de cenizas de lo que un tiempo fueron los campos fertiles del este de Estados Unidos. Entre ellos, un padre y su hijo arrastran un carro de supermercado con los útiles y la comida que pueden encontrar en su camino, ya sea en casas abandonadas, pequeños bunkeres o viejas tiendas que no han sido del todo arrasadas.
Su único objetivo es llegar a la playa, aunque el padre es perfectamente consciente de que eso no va a cambiar su destino, pero al menos es un aliciente por el que luchar para intentar que su hijo sobreviva.
Una lectura para pensar en la destrucción que es capaz de llevar a cabo el hombre.

-Pale blue dot, de Carl Sagan: Todo lo contrario que el anterior, Pale Blue Dot es una exaltación de las maravillas de las que es capaz el ser humano. Carl Sagan narra las maravillas de la exploración espacial, desde el inicio del programa Apolo hasta la expedición de las naves Voyager (sobre la que habré de extenderme más en algún otro artículo).
Como anécdota, el título del libro está basado en esta foto.

-El enigma de Fermat: En el siglo XVIII, el matemático francés Pierre de Fermat enunció el siguiente teorema:

"No existe ningún trío de número enteros (X, Y, Z) tales que X elevado a n + Y elevado a n = Z elevado a N, siempre que N sea mayor que 2 (puesto que el caso de n=2 es el conocido Teorema de Pitágoras)"

Sin embargo, Fermat no demostró su teorema, sino que dejó para el futuro una enigmática frase "no tengo espacio suficiente en este papel para escribir la demostración del teorema".

Durante 250 años los más célebres matemáticos trataron sin éxito de descubrir la prueba de este teorema, lo que llevó a la comunidad científica a dudar de la veracidad del mismo. Sin embargo, en 1993, tras un trabajo en solitario de 8 años, Andrew Wiles logró encontrar la prueba definitiva del mismo, empleando modernas técnicas matemáticas como las formas modulares y la conjetura de Taniyama-Shimura.

El libro al que hago referencia condensa en apenas 250 páginas los mas importantes intentos hecho a lo largo de los dos siglos y medio que costó demostrar el teorema.

Luis