Monday, April 30, 2007

Fotos del mundo

Maravillosa serie de fotos del mundo que he encontrado en el blog de unjubilado.

Disfrutad de esta pequeña joya:



De nada

Luis

Thursday, April 26, 2007

Isla de Arran

Escocia en miniatura, así es como se define a la isla de Arran. A apenas 30 kms de Glasgow, es una isla de fácil acceso (media hora de tren sincronizado con el ferry que cruza al principal puerto de la isla, Brodick). Es por ello que es un destino muy popular de fin de semana en las tierras del sur de Escocia.

Aunque ya había estado una vez en Arran cuando me vinieron a ver Laura y Aida, esta vez volví con mi compañero de piso con idea de andar un par de días por allí acampando en algún lado.

Así que nos preparamos las mochilas con la tienda de campaña, los sacos y la comida y cogimos el ferry hasta Brodick.

De inmediato, ya que hacía una tarde esplédida subimos al pico que domina toda la isla: el Goatfell.


Dos horas de pesada subida con las mochilas a cuestas nos pusieron en la cumbre. Desde allí decidimos seguir por alguna de las crestas hasta que divisamos un valle que será perfecto para plantar la tienda y pasar la noche.


Al día siguiente nos levantamos con las primeras luces y recorremos el valle durante un par de horas hasta llegar a Brodick de nuevo a tiempo de coger un autobús que da la vuelta a la isla. Nos bajamos en medio de la nada para ir a ver el círculo de piedras de Machrie Moor, un Stonehenge en miniatura. Por supuesto yo me hago la foto típica de rigor.

Como queda un buen rato hasta que pase el siguiente autobús, decidimos ir caminando por la costa hasta llegar al siguiente pueblo, Blackwaterfoor (a unos 8 kms). De camino aprovechamos para comer en el cobijo de Giant´s cave.

Cansados por las caminatas con las mochilas grandes a la espalda cogemos el autobús que completa la vuelta a la isla (ingenioso sistema el que tienen montado) y regresamos a Glasgow.

Luis

Wednesday, April 25, 2007

El mejor amigo del hombre//El peor enemigo del perro

El domingo estuve en los cobertizos de la asociación protectora de animales de Jaca.
Varias decenas de perros que han sido abandonados y que la asociación los ha recogido se amontonan entre las rejas metálicas de un cobertizo situado en las afueras de Jaca, junto a la subestación eléctrica. En este cobertizo tienen agua, comida y atención veterinaria, además de protección contra los duros inviernos pirenaicos, ya que está vallado y cubierto.

Aparcamos el coche y dejamos a Rocky (un perro ratonero que Laura recogió en la calle y es el perro más cariñoso, leal y jugueton que he visto) dentro. Al vernos acercarnos, los perros se alborotaron bastante. Al principio casi asusta un poco ver a tantos perros ladrando, pero cuando te acercas a las vallas lo único que haces es ver como se amontonan alrededor de donde estás tu y se empujan por conseguir que les acaricies un poco y llenarte la mano de babas a través de las rejas.
Hay de muchos tipos, colores y tamaños pero todos tienen algo en común: la expresión de tristeza en los ojos de quien ha sido abandonado a su suerte.

No alcanzo a entender como alguien es capaz de abandonar a un animal, especialmente un cachorro que apenas puede valerse por si mismo y quedarse con la conciencia tranquila. Bueno, si alcanzo a entenderlo, pero me parece deleznable. Y de hecho debería estar perseguido por la ley.


La protectora acepta todo tipo de ayudas y donaciones. Además no solo entrega los perros en adopción a hogares que sí los van a cuidar bien, sino que también existe la opción de apadrinarlos. Apadrinarlos cuesta 12€ cada tres meses y puedes irlos a ver y a sacar de paseo siempre que quieras. Ya que Laura ya tiene un perro y yo solo estoy por casa por las noches, supongo que es la opción que vamos a escoger, ya que no quiero tener al perro encerrado todo el día en un piso. No obstante, si estás pensando en comprar un perro, valora la opción de adoptarlos. Están perfectamente cuidados por un veterinario y ellos te lo agradecerán siempre.

Para terminar, aquí teneís algunas fotos de Rocky.




Luis

The mission song

Tremenda novela de John leCarre, una vez más.

John LeCarre es uno de mis escritores favoritos. Tras formar parte de los servicios secretos británicos durante la guerra fría, John comenzó a escribir novelas acerca del espionaje entre británicos y rusos. Sus historias me encantan por la forma en que tiene de describir la acción en una cuantas pinceladas sin conexión aparente hasta llevarnos a un desenlace súbito y normalmente inesperado que deja al lector hambriento de más lectura.

En su última novela, John describe la misión de un interprete encargado de llevar a cabo la traducción de los asistentes a una ficticia conferencia de paz que acaba revelándose una conspiración para que unos pocos se enriquezcan a costa de los recursos naturales del Zaire en la que todos los presentes están implicados.

Trepidante acción e inesperado desenlace, como ya nos tiene acostumbrados. Solo una pega le puedo poner a la novela y es que tras cerrar el libro y pensar "vaya hatajo de cabrones" no puedes sino preguntarte hasta que punto es real todo lo que ocurre en la novela y hasta que punto es ficción.

Luis

Contrabando serborrumano

Timisoara, Rumanía, Julio del 2005.

Nano y yo nos disponemos a coger el tren que nos llevará hasta Belgrado. Son las 6.15 de la mañana y es nuestro turno para sacar los billetes. El tren sale a las 6.30, así que no tenemos prisa. Es cuestión de sacar el billete, salir al andén y buscar nuestro vagón.

Pero las cosas se complican. El vendedor hace y rehace cuentas en una calculadora. Añade cifras, se equivoca, vuelve a empezar, pasa el tiempo. Al final se aclara. 1 millón de lei (unos 40€) al cambio. Pensamos que nos ha estafado para sacarse un sobresueldo pero es igual, aún así nos sale barato.
6.25, despedida rápida de Javi y de Laura que se vuelven dentro de unas horas hacia Budapest de camino a España. Salimos con nuestras mochilas corriendo al andén y nos metemos en el primer vagón que vemos. Justo a tiempo.

Tenemos suerte, los vagones están divididos en compartimentos de 2 asientos para 3 personas puestos un enfrente de otro. El vagón está prácticamente vacío así que nos metemos en un compartimento, subimos las mochilas a las bandejas, cerramos la puerta y nos tumbamos cada uno en un asiento. Tras una noche con calor y mosquitos en un hotelucho al lado de la estación (curioso que los campings y los albergues nos hayan parecido mejores que el hotel) parece que podremos dormir un buen rato (el viaje dura algo más de 4 horas). Craso error.

Solo hay 3 personas más en todo el vagón: una mujer que no deja de pegar gritos, un enano y un hombre con coleta que no deja de dar vueltas por el pasillo fumando. Al rato oimos ruido de embalajes y precintos. Pasan los minutos y no deja de oírse el mismo ruido. La mujer sigue pegando gritos y el de la coleta fumando.


Paramos en la frontera entre Rumanía y Serbia. Nos controlan los pasaportes. Nos preguntan a que hemos venido y si hablamos serbocroata o inglés. Finalmente arranca en tren. Pero no, al poco se detiene otra vez.

Entonces se bajan del tren nuestros compañeros de vagón y de entre los árboles aparecen manadas de gitanos con carros de supermercado. Empiezan a bajar fardos y fardos del tren (ahora entendemos tanto ruido de precinto...) y en menos de minutos desaparecen mientras Nano y yo los miramos con los ojos como platos desde la ventanilla.

Finalmente, el tren arranca y proseguimos nuestro camino hacia Belgrado.

Luis

Friday, April 20, 2007

Liviu Librescu, un pequeño homenaje

En estos tiempos donde a cualquier persona que le sepa pegar patadas a un balón o cante medio bien las letras que le escriban y mueva un poco el trasero se les llama "ídolos" o "heroes", es gratificante que personas anónimas lleven a cabo actos que si se pueden calificar con todo merecimiento de "heroes".

Liviu Librescu, rumano, de religión judía, 76 años.
Superviviente del holocausto, opositor al régimen comunista de Rumanía durante los 60 y 70. Huido a Israel gracias a la intercesión de la diplomacia judía y finalmente emigrado a Estados Unidos.
Ingeniero y profesor de universidad. El profesor Librescu murió acribillado por las balas del surcoreano desequilibrado que provocó una tragedia hace varios días en la universidad norteamericana, pero su muerte salvó la vida de varias decenas de alumnos que pudieron escapar mientras el bloqueaba la puerta con su cuerpo.

Es tristemente irónico que un superviviente del holocausto y del regimen comunista rumano fuera a morir en la "tierra de la libertad".

Luis

Tuesday, April 17, 2007

Kevin Carter

Hi Time magazine
hi Pulitzer Prize
Vulture stalked white piped lie
forever wasted your life in black and white
Kevin Carter Kevin Carter

La letra arriba escrita pertenece a la canción "Kevin Carter" de Manic Street Preachers
Kevin Carter fue un fotógrafo sudafricano que ganó el premio Pultizer de 1994 por una fotografía en la que una niña sudanesa, famélica y casi agonizante por el hambre, aparece recostada en el suelo, incapaz de levantarse y continuar su camino, y es acechada por un buitre.

Tras darse a conocer la foto, las acusaciones hacia Kevin Carter fueron abrumadoras. No se le perdonó que se hiciera famoso con esa foto y gran parte del mundo occidental se le echo encima. Carter se suicidó poco después.

Al mismo tiempo en que se demonizaba a Carter por su foto y por presumiblemente no haber ayudado a la niña, cientos de miles de tutsis morían en Ruanda degollados por machetes hutus mientras la ONU y los grandes gobiernos del mundo miraban hacia otro lado. Nadie se suicidó por ello, ni siquiera hubo dimisiones e investigaciones.

Hoy, 13 años después, el mundo sigue mirando a otro lado mientrás en Sudán siguen las matanzas. Millones de personas mueren por no poder pagar tratamientos contra enfermedades que aquí están practicamente erradicadas. El gasto en presupuesto militar es infinitamente mayor que el gasto en ayuda al desarrollo. Los escándalos en ONG´s saltan como setas. Pero ya nos hemos acostumbrado a ello y cambiamos de canal o de tema de conversación y apañado.

Como canta U2
"And it´s truth we are inmune
when fact is fiction and TV reality
and today the millions cry
we eat and drink while tomorow they die"

La avaricia, la codicia y el ansia por tener intrínsecos a nuestra cultura y nuestra forma de vida siguen viajando, 13 años después, en las alas de ese buitre que sobrevuela África cobrándose presas a velocidad endiablada.

Foto


Luis


Free Solo




Free solo. Sin protección, sin cuerdas, sin nada.
La gravedad contra el escalador. El hombre contra la naturaleza.

Free soloing es la modalidad de escalada en la que el escalador se enfrenta a la roca sin más ayuda que sus propias fuerzas. Sin ninguna protección excepto sus manos y pies. El más ligero fallo supone una caída y con casi toda seguridad la muerte.

Algunos los llaman locos insensatos. Otros piensan que es la forma más pura y plena de alpinismo. Lo cierto es que el escalador que se decide por hacer free solo suele ascender rutas varios grados por debajo de su nivel de escalada protegida, y normalmente vías que conocen muy bien. Los accidente mortales son escasísimos e infinitamente menores a los domingueros que se meten en sitios donde no debían en senderos sin aparente peligro y acaban sufriendo accidentes.

No es el objeto de este artículo emitir un juicio sobre los free soloers. Me asombra la capacidad y la concentración necesarias para llevar a cabo algo así. Las palabras de un free solo lo dicen todo:

"Concentrado en cada movimiento, todo alrededor mío no existía. Apenas a varios metros había fotógrafos, escaladores de apoyo, equipos, personas al fin y al cabo. Sin embargo parecían tan lejos como si estuviese en la luna. Solo yo, con mis propias fuerzas podía regresar al mundo que me rodeaba a poca distancia."



Luis

Wednesday, April 11, 2007

De vuelta

Bueno, pues ya estamos de vuelta por el blog dispuestos a seguir contando historias y atizar de vez en cuando a todo lo que se mueva.

Después de tres meses sin un puente ni un día de vacaciones y de un par de semanas de trabajo muy intenso, hacían falta unas vacaciones. Ahora ya he terminado el curso de alemán, así que tengo un poquito más de tiempo libre.

Un fin de semana (bueno, apenas 24 horas) en Zarauz y luego 4 días por el norte de España, con 3 días de curro entremedio, dan para muchas cosas:

-Acabar cantando en un restaurante de Zarauz jotas con la dueña del garito, a las 5 de la tarde cuando ya se había ido el resto de clientes.
-La cena en la sidrería, los cantos (quien tuviera la suerte de se un galloooo...) a los que se unió el autobús que nos llevaba de vuelta de la misma.
-Nieve en la autopista llegando a Bilbao para los que salieron tarde de Zaragoza.
-La pensión "El conde Draculo" en Santander, el parquecillo de focas y pingüinos.
-La mariscada de San Vicente de la Barquera (gracias Diego), a recordar durante mucho tiempo. Genarín pidiendo botella tras botella de vino (menos mal que conducía yo), 9 personas zampándose marisco para 8 y no pudiendo acabárselo.
-La impresionante ruta de la Garganta del Cares (con 3 kms de propinilla desde el coche hasta el inicio de la ruta), culminada con un bocadillo de queso cabrales más difícil de digerir que andar toda la caminata.
-El navegador del coche volviéndose loco en la entrada de Gijón y diciéndome que girase a la izquierda en plena autovía.
-La cena de tapas por León con Nano y Lola, tras haber esquivado las procesiones. La impresionante catedral que corona la ciudad.
-La vuelta el domingo a primera hora de la mañana, por la autovía que atraviesa las llanuras de Castilla-León, escuchando por la radio como Alonso se lleva la carrera de Malasia.
Dos fotos de la ruta del Cares


Ya estamos pensando en la siguiente.

Luis