Tuesday, October 19, 2010

Una vez fuimos hermanos

Hola blog.
Me alegro de que aun sigas por aquí, a pesar de que no te haga nada de caso y de que creo que solo te lee un exjefe de Laura (un saludo).

Pero mira, resulta que el otro día estuve viendo un documental triste y hermoso a la vez y me apetece comentarlo.

Drazen Petrovic y Vlado Divac fueron dos jugadores de baloncesto de la antigua selección de Yugoslavia. Ambos encabezaban la mejor generación europea de la historia, formada por los propios Petrovic, Divac, Toni Kukoc, Dino Radja, Zarko Paspalj, Velimir Perasovic y tantos nombres que al aficionado al baloncesto le sonarán.

Y al aficionado medio de mi edad, que los vio con 8-10 años le recordarán al tiempo de los héroes infantiles, de soñar a ser como tus ídolos con una canasta colgada en el salón de casa y una pelota de gomaespuma. A tiempos pasados, donde todo era más sencillo, más feliz y donde podías pasar la tarde en el patio del colegio imaginando que, quizás, algún día podrías ser como ellos. Es importante este detalle para comprender bien este artículo.

Divac y Petrovic, junto con el resto de sus compañeros, formaban una generación irrepetible, que fue plata con un equipo plagado de imberbes teenagers en las olimpiadas de Seul en 1988 tras perder contra la URSS y oro en los campeonatos de europa de 1989 y mundial de 1990. Aquel equipo no solo ganaba, sino que arrasaba a sus rivales y se divertía (y hacía divertir a los aficionados) con un juego alegre y vistoso.

Tras ganar el mundial de 1990, Petrovic y Divac fueron a fichar por equipos de la americana NBA y pasaron de ser amigos a ser hermanos. Pero la descomposición de Yugoslavia iba a provocar el fin de esa amistad. Al fin y al cabo Petrovic (y Kukoc y Radja) era croata y Divac serbio. La tensión, las presiones, las circunstancias que rodean a una guerra, hicieron que poco a poco los croatas dejaran de tener relación con Divac. A Vlado, le dolió especialmente perder la amistad con Petrovic.

La guerra terminó y, al igual que los maltrechos países fueron recomponiendo sus estructuras y tejidos vitales, los antiguos compañeros de selección fueron rehaciendo lazos. Siempre supusieron que volverían a reconciliarse, pero.... pero faltaba uno.
En verano de 1993 Drazen Petrovic, alcanzado el status de estrella NBA que tanto ansiaba, moría en un accidente de tráfico en Alemania.

Once Brothers (Una vez fuimos hermanos) es un documental que narra esta historia, entremezclada con la crueldad de ese fracaso absoluto del ser humano que es la guerra.

Buscadlo en las "tiendas" habituales.

Luis

1 comment:

Unknown said...

El día de hoy vi ese documental y por tal razón, buscando en internet llegue a tu blog y dejo este comentario para que sepas que no solo tu exjefe leyó tu articulo y que comparto esa sensación "agridulce" al ver el documental.