Friday, February 02, 2007

Into thin air

Comenzamos sección nueva: libros y literatura.

Como ya mencioné al hablar de música: no tengo ni idea de como hacer una crítica, simplemente me gusta leer y comentar que libros me han agradado y cuales no. Y como con la música, desde que he descubierto que comprándolos de 4 en 4 por Amazon me salen más baratos y además me los puedo comprar en inglés tiro de Internet bastante a la hora de leer.


Ayer por la tarde acabé de leer "Into thin air" de Jon Krakauer. Me puse a leer a eso de las 8 y no me pude desenganchar hasta casi las 11 que lo terminé. Vamos que me sumergí pero bien en la lectura.

Into thin air cuenta la historia de la tragedia de 1996 en el Everest. Vayamos por partes:

El Everest, pese a ser la montaña más alta del mundo, no presenta excesivas dificultades técnicas en su ruta más convencional de ascensión. No más allá de la prodigiosa condición física que debe tenerse para desafiar al frío extremo y la falta de oxígeno y la fuerza de voluntad que ha de tener una persona para exponerse a tantos riesgos y penalidades. Y la gran cantidad de dinero necesaria para adquirir el equipamiento, contratar los porteadores y obtener los permisos de escalada emitidos por el gobierno de Nepal, país en el que se encuentra el Everest.

Es por esto que una serie de alpinistas neozelandeses fundaron una compañía de montaña dedicada a organizar expediciones guiadas al Everest en la que los clientes pagaban una fuerte suma de dinero para que los porteadores estableciesen los diferentes campamentos, acondicionasen la ruta, llevasen las cargas, cocinasen y almacenasen las bombonas de oxígeno necesarias para el último tramo de ascensión. Los clientes "solo" tendrían que subir por la sucesión de cuerdas fijas hasta la cima, acompañados por guías experimentados. Pan comido, o casi.

Porque en 1996 uno de estos clientes fue el escritor y alpinista Jon Krakauer. Y ese mismo año, poco después de que un grupo de clientes alcanzase la cumbre una descomunal tormenta se abatió sobre sus componentes, matando a varios de ellos, entre ellos los dos guías. El grupo de supervivientes queda atrapado a 8.000 metros de altura en el último campamento, sin casi comida ni oxígeno y sin sus líderes. Pese a la ayuda de otras expediciones sus miembros llevarán a cabo una carrera por la superviviencia enfrentándose a unas condiciones para las que no estaban preparados.
Jon fue uno de los supervivientes y nos cuenta la historia en este libro, presentándonos primero al equipo de alpnistas a través de los días de la marcha de aproximación y aclimatación en la montaña hasta hacernos sentir un miembro más del equipo para a continuación narrar la tormenta y la lucha por sobrevivir. Entrelazadas con el relato aparecen interesantes reflexiones sobre la aventura y la vida misma, la responsabilidad y la libertad.

Y es que los clientes, al dejar todas las decisiones críticas en la montaña en manos del guía, declina toda responsabilidad. De esta forma es incapaz de tomar decisiones por si mismo y de juzgar las circunstancias y las situaciones. Y a la vez puede afrontar situaciones que por el mismo no podría, lo cual acaba convirtiéndose en un arma de doble filo.
No solo eso, sino que al elegir formar parte de un grupo de desconocidos y escalar con ellos la cima más alta del planeta pone su vida en manos de los demás. El grupo es tan débil como el más débil de sus miembros y avanza tan despacio como el más lento de sus miembros, puesto que es un grupo que ha de permanecer unido y cumplir las órdenes de aquellos más experimentados. A lo largo del ascenso Jon se hace muchas veces esta pregunta ¿Que pasaría si los guías no estuviesen aquí?

Desgraciadamente tras la tormenta, mientras los guías mueren intentando ayudar a los más débiles y los más fuertes alcanzan el campamento, los supervivientes han de tomar sus propias decisiones y actuar según sus propios criterios sin estar preparados para ello. Y lo que es más importante: su vida depende de lo acertado de sus decisiones.

En resumen, un libro para reflexionar, puesto que las cuestiones que tienen que ver con conceptos como responsabilidad, libertad y toma de decisiones trascienden el alpinismo y afectan a todos los aspectos de nuestra vida.

Quizá algún día hable de toma de decisiones y de cuando debí decir que no. Pero claro, a toro pasado todos somos Manolete.

Luis

1 comment:

Anonymous said...

Interesting to know.